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Restaurante La Compañía Gastrobar

Gastronomía de vanguardia en el antiguo Colegio de la Compañía de Jesús

Ubicada en un enclave centenario la propuesta gastronómica trata de conformar en la misma propuesta culinaria platos hechos con productos de temporada con la esencia de la alta cocina, acercándola a un público mucho más amplio; demostrando que comer bien, antes que un lujo, puede ser un placer cotidiano y asequible

Datos de interés

Dirección

C/ Mayor, 45. Caravaca de la Cruz (Murcia)

Horario

Lunes y martes: Cerrado Miércoles y jueves: Abierto a mediodía y noche Viernes, sábado y domingo: De 13 horas a término

Precio

Menú del día: 15 € / Precio medio: 20 – 25 €

Teléfono de contacto

968 703 052

Email

reservas@la-compañia.com

Web

http://la-compañia.com

Antonio Ródenas Calvaches, de 45 años de edad, lleva en el mundo de la hostelería 14 años, pero en el restaurante La Compañía son relativamente jóvenes: inauguraron en diciembre de 2016.
Pedro Alfonso Beltrán es el chef de La Compañía y desarrolla una gastronomía basada en el producto con toques modernos detallistas, consiguiendo unas elaboración muy cuidadas, con sabores verdaderamente reconocibles y texturas agradables al paladar que hacen que sus platos sean verdaderas delicias.

Las instalaciones donde se ubica La Compañía están desarrolladas en dos plantas del edificio. En la planta baja tenemos la cafetería, el salón comedor y en la parte exterior, la terraza, con una capacidad total de unas 120 personas. Y en la parte superior disponemos de dos salones en un ambiente de copas, con una capacidad para unas 60 personas sentadas.

El amplio menú que :Pomarus pudo desgustar en La Compañía Gastrobar

La Compañía: Un restaurante en un edificio singular

El edificio que alberga el gastrobar es el antiguo Colegio de la Compañía de Jesús, cuya fundación data de 1570 por Miguel de Reina, siendo superior Provincial de la orden San Francisco de Borja. El primer emplazamiento del Colegio no fue éste, sino en las inmediaciones de la Iglesia Mayor del Salvador, donde se conserva el topónimo “Calle del Colegio”. A mediados del S. XVII se decidió el actual emplazamiento, en lugar más saludable, ventilado e iluminado, sobre la “Hila del Pilar” y lejos del ruido que continuamente producían las campanas de la torre del Salvador. La iglesia anexa comenzó a construirse en el año 1700. Desde el Colegio Jesuítico Caravaqueño salieron muchos misioneros que fueron a la evangelización de América a lo largo de los Ss. XVI al XVIII . Ellos se encargaron (junto a los franciscanos) de dar a conocer la imagen de la Cruz de Caravaca y fomentar su devoción en las tierras del Nuevo Mundo.

Fue noviciado, colegio de filósofos y teólogos y el primer lugar donde se produjo la enseñanza reglada en Caravaca, del que salieron ilustres teólogos, literatos y hombres de ciencia.

En abril de 1767, cuando se produjo la expulsión de los Jesuitas de todas las tierras de España, siendo rey de España Carlos III, el colegio y su iglesia anexa fueron abandonados, administrando sus rentas una Junta de Temporalidades que malvendió sus bienes y administró sus rentas durante unos años. El edificio fue vendido por partes a particulares y la iglesia se convirtió en posada hasta el año 2003 en que la recuperó el Ayuntamiento local con ayuda de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, convirtiéndola en sala de exposiciones temporales como sigue en la actualidad.

Tras la expulsión de los Jesuitas en 1767 parte del edificio siguió funcionando como colegio civil administrado por el Ayuntamiento, hasta el abandono definitivo del mismo en el S. XIX, el edificio forma parte importante del tejido monumental de Caravaca, apreciándose su panorámica de conjunto desde la lonja del Castillo donde se ubica la Real Basílica de la Vera Cruz. En la actualidad, la fundación local “Robles Chillida” se encarga de la rehabilitación del mismo, con especial atención al viejo claustro anexo al gastrobar.