Siguiendo el programa de actividades que la Asociación “Restaurantes Buena Mesa España” se propuso realizar en este 48ª Capítulo en la Región de Murcia, tenemos esta primera actividades consistente en la Recepción a los participantes y la investidura de los nuevos socios de la “Buena Mesa” en el Restaurante El Churra.

Del domingo 13 al martes 15 de marzo de 2022 se celebró en la Región de Murcia el 48º Capítulo Familiar de la Asociación “Restaurantes Buena Mesa España”,y que reunó  a unos 150  representantes de la alta gastronomía española.

Con algunos pequeños cambios en el programa debido a las inclemencias climáticas, la sede de este Capítulo Familiar fue  el Hotel NH Amistad**** donde se alojaron en estos días.

El domingo 13, después de la recepción de los asistentes se celebró una cena cóctel sobre las 21.15 horas en el restaurante El Churra, con la presentación de  las incorporaciones o investiduras de nuevos socios.

El lunes 14 por la mañana, se realizó una visita a la Catedral donde se celebró una misa, como es tradición en el programa de los diferentes Capítulos familiares.

Posteriormente, hubo una recepción en el Ayuntamiento sobre las 10.30 horas, donde se impuso al alcalde,  D. José Antonio Serrano Martínez , el Collar Honorífico de la Asociación de “Restaurantes Buena Mesa”, de manos de su presidente D. Adolfo Muñoz.

Después hubo un paseo por el centro de la capital murciana hasta la Plaza Julián Romea, donde hubo un ágape, terminando la jornada matutina con una comida cóctel en el Museo Hidráulico “Los Molinos del Río Segura” donde se habilitaron diferentes espacios con showcooking protagonizados por jóvenes promesas de la hostelería murciana. Finalizó la jornada con una cena espectáculo en el centro de ocio Odiseo.

El Restaurante Aratz se inauguró  en 1989 por Xabier Zabaleta y Xabier  Alberdi, junto con Iker Zabaleta como jefe de cocina. Desde el inicio Aitor y Xabier Zabaleta Kortazar colaboraban y ayudaban puntualmente en el Restaurante hasta que en 1991 entran a formar parte activa junto con Iker con  la ayuda indispensable de sus dos hermanas Lorea y Miren, a lo largo de las diferentes épocas del proyecto.

Desde entonces hasta hoy,  este proyecto se ha constituido, por derecho propio, en un referente hostelero del barrio de Ibaeta de Donostia.

Este barrio se encuentra junto a la salida de la capital guipuzcoana, pero la visita a ‘Aratz’ bien merece la pena, por la pasión que derrochan los hermanos Zabaleta, por el género que manejan y por el buen gusto con que abordan el recetario tradicional vasco en este restaurante familiar donde conviven quienes comen angulas con aquellos que se contentan con menú del día, platos combinados, pintxos o bocadillos.

La cocina del Aratz está basada en la tradición, pero entre sus especialidades también hay platos innovadores, La apuesta es clara: productos frescos y de calidad.

Su  apuesta es una cocina de identidad vasca, con una filosofía de trabajo basada en los productos de estación, los que nos regalan los mejores sabores para el disfrute de su clientela, en cada momento del año, porque para el Restaurante Aratz, Persona, Medio y Alimentación, forman una Unidad que merece su  máximo respeto.

Su parrilla es magnífica en cualquier tipo de carnes, pero destacan sus famosos “txuletones” que puntualmente y fuera de carta nos podemos encontrar con esos  estimados “txuletones de buey” de caseríos de la zona. Y qué decir de los pescados, besugos, rodaballos… siempre frescos. ¡del mar al plato!

Su bodega cuenta con más de 200 referencias entre vinos y champanes, principalmente está constituida por vinos de Rioja y Ribera del Duero, aunque también se pueden encontrar vinos de otras denominaciones y países.

Entre sus últimos reconocimientos están los premios Mas Gastronomía 2015  y Campeonato Cocinero del Año a la Mejor Cocina Tradicional.

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Miguel Ángel Moro viene de un pueblo que ha dado grandes hosteleros a Sevilla: Villalba del Alcor. No quiso estudiar y su padre le montó a él y a su hermana Ana María un bar, tomando el traspaso de un Espigón que ya existía en el barrio del Porvenir.

Apenas tenía la mayoría de edad y ya tenía claro que su cocina estaría basada en el buen pescado y marisco, una inclinación que le había inculcado su tío, jefe de cocina de La Dorada, que le había acogido en su casa. Fue el inicio de una trayectoria en la que no tardó en sumarse su mujer, Mariló del Toro, y su cuñado, Carlos Cascajo, un gaditano dedicado al mundo de la banca que dejó las finanzas por la mesa y el mantel de este clásico restaurante. Él se hizo cargo junto a su mujer de El Espigón de Madrid desde que abrieron a mediados de los 90.

Apostaron por el buen producto desde el origen, hace más de tres décadas, y han creado una fórmula gastronómica que triunfa. El negocio continúa en manos de la familia, puesto que es el primogénito de Miguel Ángel el que se encarga de su gestión. Después de tantos años y una marca más que consolidada, no descartan seguir creciendo.

La Taberna del Espigón es la más joven de sus tres restaurantes y ese carácter se imprime también en el espacio. El ambiente informal de su terraza en el centro de la ciudad fue otra buena apuesta.

Siempre han apostado  por el buen producto del mar y las buenas chacinas. Este es  el motivo de la buena fama de este templo de la cocina marinera en Sevilla, con mucha solera y un inequívoco toque marinero.

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En el año 1975 después de unos años de trabajo como camarero, formación, y unos pocos ahorros, Antonio Martinez, decidió establecerse por su cuenta, con la ayuda de sus padres y de su mujer, Antonia Solano.

Fue entonces cuando abrieron la típica venta de carretera  “Entre dos fuegos”, donde se criaron sus hijos Juan Antonio y Alberto correteando entre fogones. Con el tiempo, la venta se fue quedando pequeña y decidieron trasladarse  más cerca de la ciudad de Cartagena, comprando una pequeña parcela de terreno, para inaugurar en 1989 el Restaurante Sacromonte.

Sus hijos, adolescentes ya, fueron formándose poco a poco en los puestos de trabajo propios de un restaurante cubriendo la falta de algún trabajador, y por supuesto llevando su formación académica en paralelo con el trabajo.

Juan Antonio se formó en panadería y confitería en Cabo de Palos con Jose Busquets, y Jose Marcos. Aprendió las técnicas y preparaciones del bacalao con el maestro Luis irizar y las de los asados de cochinillos y otras elaboraciones castellanas con José María en Segovia.

Con el paso de los años se fue  produciendo el traspaso de poderes de su padre hacia Juan Antonio y ya en 2010 Antonio se desvincula más del restaurante, y se centra en aquella venta de carretera, en la cual realiza una obra faraónica y la transforma en un geriátrico de 9.000 m2 de superficie, formando parte de la familia, regentada y administrada por su otro hijo Alberto, que se formó académicamente en otros sectores.

En la actualidad ya hay otros dos críos correteando entre los fogones de Sacromonte,  Laura y Juan Antonio Junior, tercera generación que ya empiezan a pelar alguna que otra patata y hacer tostadas, Quizás ellos sean  la posible continuación de la saga de este restaurante reconocido por su cocina mediterránea, por la variedad de tapas que tiene en la barra y  por la calidad de sus materias primas entre ellas los excelentes pescados, mariscos y carnes de su  carta.

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