La jornada consistió en la exposición de 90 variedades tradicionales de calabaza y en la degustación de diversas elaboraciones culinarias de algunos de los principales cocineros de la Región.
La iniciativa se enmarca en el proyecto ‘Caracterización de los recursos fitogenéticos del Banco de Germoplasma del IMIDA’, cofinanciado en un 80 por ciento por el Fondo Europeo de Desarrollo Rural, cuyo objetivo es facilitar el uso, caracterizar y diferenciar las distintas variedades conservadas en dicho Banco.
Entre los cocineros que han colaborado de forma desinteresada en esta iniciativa elaborando recetas con las variedades tradicionales de calabaza y calabacín figuran Estrella Carrillo (Restaurante Santa Ana), Nicolás Águilas (Rincón de Pepe), Juan Antonio García (El Churra), Francisco Serrano (Kalenko Gastrobar), Rodi Fernández (Cava de Royán), David López (Local de Ensayo), Tomás Écija (El Albero) y Pablo González (La Cabaña).
También participaron en la confección y presentación para su degustación en esta jornada, recetas elaboradas por alumnos y profesores de la Escuela de Hostelería y Turismo de Murcia ‘La Flota’ y de la Escuela de Hostelería de Cáritas (Diócesis de Cartagena).
Las elaboraciones presentadas en la jornada para su degustación
Recursos fitogenéticos
El IMIDA desarrolla desde hace más de 30 años distintas actividades relacionadas con la recuperación, conservación y evaluación de los recursos fitogenéticos, que constituyen, según Pascual, “una valiosa herencia de nuestros antepasados”.
Con la finalidad de unificar criterios y dar a conocer los recursos conservados, en 2013 se creó el Banco de Germoplasma, que en la actualidad está formado por cinco colecciones: moreras, cítricos, especies silvestres, frutales y hortícolas.
Este material vegetal conservado, según el director del IMIDA, “constituye un repositorio fundamental para dar respuesta a los distintos retos a los que se enfrenta el sector agroalimentario de la Región”.
Las variedades tradicionales son únicas, obtenidas y perfeccionadas por los agricultores de cada zona a lo largo de años de selección teniendo en cuenta sus características organolépticas y su adaptación a distintas condiciones edafo-climáticas y gustos locales. Por ello, son materiales de gran calidad, que forman parte de la cultura de cada pueblo.