Viernes, 13 de junio de 2025

Restaurante La Chimenea & Bodega Marqués de Riscal: El maridaje perfecto al más alto  nivel

David García orquestó con maestría una velada marcada por el sabor, la elegancia y el conocimiento

El restaurante La Chimenea vivió una velada de alta gastronomía el pasado 13 de junio con una cena maridaje protagonizada por los vinos de la prestigiosa bodega Marqués de Riscal. Veintidós comensales disfrutaron de una experiencia única donde cada plato, ideado por los chefs de la casa, armonizó a la perfección con grandes vinos seleccionados por la sumiller Rosa Ocaña. Una noche deliciosa, didáctica y muy bien organizada por David García.

El pasado viernes 13 de junio, el restaurante La Chimenea de Molina de Segura se convirtió en el epicentro de una experiencia enogastronómica de primer nivel. A partir de las nueve de la noche, los 22 comensales que llenaron el salón vivieron una noche de elegancia relajada, con un ambiente cordial, distendido y muy enriquecedor.

Las conversaciones fluyeron entre plato y copa, con especial protagonismo para el mundo del vino. Las preguntas al hilo de las presentaciones de la sumiller Rosa Ocaña, representante de Bodegas Marqués de Riscal, animaron un interesante intercambio de impresiones entre expertos y aficionados. El entusiasmo era palpable y la admiración por cada vino se contagiaba a medida que avanzaba la velada.

La impecable organización de David García, gerente y anfitrión de La Chimenea, fue otro de los ingredientes clave del éxito. Todo transcurrió con ritmo, mimo y atención al detalle. David no solo ofreció un servicio excelente, sino que transmitió su pasión por la buena mesa, lo que hizo aún más cálida la experiencia.

La propuesta culinaria diseñada para esta cena maridaje fue tan valiente como refinada. Cada plato apareció en mesa pensado para ensalzar las notas del vino correspondiente, creando un recorrido lleno de matices y sorpresas.

• Un arranque fresco, vibrante y muy bien ejecutado. El delicado ceviche de pez mantequilla encontró el equilibrio perfecto con la acidez de la leche de tigre y el toque salino del langostino del Mar Menor. El Finca Montico, blanco de Rueda, con su perfil frutal y mineral, realzó los matices cítricos del plato y aportó limpieza y viveza al bocado.

• Un plato colorido y lleno de contrastes. Los tallarines vegetales y marinos, unidos por el pesto, ofrecían textura y suavidad, mientras que el escabeche de mango y zanahoria aportaba un contrapunto exótico y ácido. El Limousin, blanco fermentado en barrica, aportó estructura, untuosidad y un final largo que se enlazó elegantemente con los sabores dulces y especiados del plato.

• Una propuesta tan sorprendente como deliciosa. El crujiente y meloso de la manita contrastaba con la frescura del tartar de gamba roja, mientras que la mayonesa de wasabi aportaba un toque picante y oriental. El XR Rosé, de color seductor y paladar amplio, acompañó con soltura este plato complejo, aportando frescura y acidez que aligeraron la contundencia de la elaboración.

• Un bocado tierno, sabroso y lleno de umami. Las gyozas, perfectamente doradas, encerraban un relleno jugoso que se enriquecía con la profundidad del demiglás y el aroma terroso de los boletus. El XR tinto, elegante y con buena estructura, se acopló como un guante al conjunto, aportando notas especiadas y taninos sedosos que realzaron cada ingrediente.

• Un plato principal rotundo y sofisticado. La carne de jabalí, cocinada con precisión, estaba tierna y llena de sabor, mientras que la salsa cítrica y los frutos rojos aportaban frescura, dulzor y acidez. El Barón de Chirel, uno de los grandes vinos de la casa, mostró toda su elegancia y profundidad, maridando a la perfección con la intensidad y el carácter del plato.

• Para finalizar, un postre tan original como visual. Las verduras dulces y frutas de la huerta murciana, cuidadosamente tratadas, se presentaron junto a distintas texturas de chocolate. El vino, servido de nuevo en esta ocasión, demostró su versatilidad, cerrando la cena con un maridaje atrevido pero armónico, donde los taninos dulces y la crianza del tinto dialogaron sorprendentemente bien con el cacao y los matices vegetales.

La selección vinícola fue sin duda uno de los grandes atractivos de la noche. Marqués de Riscal, una de las bodegas más emblemáticas de España, desplegó una gama variada que permitió apreciar tanto su vertiente más tradicional como su perfil más innovador.

Desde la expresividad del Finca Montico hasta la finura del Limousin, pasando por el atrevimiento del XR Rosé y la complejidad del XR tinto, la velada fue un recorrido por estilos, uvas y territorios. La presencia de Barón de Chirel, en dos momentos del menú, fue el gran colofón: un vino icónico, profundo y elegante, que dejó huella en todos los presentes.

La sumiller Rosa Ocaña fue clave para entender cada referencia, desgranando con entusiasmo y cercanía las historias, procesos y características de cada vino. Su intervención ayudó a los comensales a disfrutar con mayor conciencia y placer de cada copa.

La cena maridaje celebrada en La Chimenea no solo fue un éxito rotundo, sino una demostración de que la gastronomía y el vino, cuando se unen con conocimiento y cariño, pueden generar experiencias memorables. La suma de grandes vinos, platos excepcionales y una organización impecable convirtieron la noche en un auténtico homenaje al buen gusto.

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