Viernes, 28 de junio de 2024

Menú “Años 20”: Una experiencia gastronómica inolvidable en el Restaurante Campo Real, Molina de Segura

En un ambiente donde la elegancia se fusionó con la calidez, Campo Real demostró por qué es un referente en la alta cocina de la Región de Murcia.

El pasado viernes, 28 de junio, el restaurante Campo Real, situado en el idílico entorno de, Campo de Golf Alto Real, en Molina de Segura, Murcia, fue el escenario de un evento gastronómico excepcional, una cita que sin duda quedará en la memoria de todos los afortunados que pudieron asistir.

Nada más llegar, los comensales fueron recibidos con una atmósfera que invitaba a la relajación y al disfrute. El restaurante, con su ubicación privilegiada, ofrece vistas panorámicas al Campo de Golf Alto Real, donde la naturaleza se despliega en todo su esplendor.

La decoración del lugar, elegante pero sin pretensiones, crea un ambiente acogedor que invita a dejarse llevar por los sentidos. El suave murmullo de conversaciones animadas y el servicio impecable, siempre atento pero nunca intrusivo, contribuyeron a crear una experiencia gastronómica inolvidable.

• MIAJA DE MANOS DE MINISTRO AGRIDULCE
  GORU  GOLD
• BACAN DE SALM ÓN CON CREMOS DE PESTO Y CAVIAR TRASMONTANUS
  GRAND CUVEE EDONE
• DADICOS DE LECHE FRITA CON CREMA DE TURRON HELADA
  SAU TERNES

El evento estuvo amenizado por Clave de Luna, y comenzó con un aperitivo que marcó la pauta de lo que sería una noche llena de sabores sublimes. Los comensales fueron sorprendidos con la presentación de Oscietra Royal Lata 10 gr y Siberian Royal Lata 10 gr, dos tipos de caviar que, con su textura suave y su sabor delicadamente salado, fueron el preludio perfecto. Estos manjares fueron acompañados por la Cuvée María, un vino espumoso que, con sus burbujas finas y su frescura, potenció las notas sutiles del caviar, creando una sinfonía de sabores que se desplegaron lentamente en el paladar.

El siguiente plato fue una oda a los productos locales: una ensalada de escalivada de campo con esturión ahumado. Los sabores intensos de las verduras asadas se mezclaban armoniosamente con la suavidad y el ligero ahumado del esturión. El Goru Chardonnay, un vino blanco con cuerpo, fue el maridaje ideal para este plato, sus notas afrutadas y su acidez equilibrada realzaron cada bocado, ofreciendo una experiencia gustativa rica y compleja.

Luego llegó uno de los platos más esperados: el croquetón de gamba real con salsa 50 estrellas. Esta reinterpretación de un clásico sorprendió por su delicada textura y el profundo sabor marino que ofrecía en cada mordisco. El Maravides Rosado Pinot Noir añadió un toque de frescura con su perfil aromático, que iba desde las frutas rojas hasta notas florales, creando un equilibrio perfecto entre la cremosidad de la croqueta y la vivacidad del vino.

El plato fuerte de la noche fue el cordero del Segura, una carne tierna y jugosa que se deshacía en la boca, resaltando la calidad excepcional del producto local. Este manjar fue acompañado por el Goru 38 Barrels, un vino tinto potente y bien estructurado que con sus notas de frutos negros, especias y su sutil toque de roble, se amalgamaba a la perfección con la riqueza del cordero, elevando el plato a una categoría suprema.

El siguiente plato, de nombre tan original como su sabor, Miaja de manos de ministro agridulce, sorprendió por su equilibrio entre sabores contrastantes y su presentación cuidada. El Goru Gold, con su carácter robusto y sus taninos bien integrados, complementó de manera magistral la intensidad de los sabores agridulces, creando una armonía que fue aplaudida por todos los presentes.

El penúltimo plato fue un bacan de salmón con cremoso de pesto y caviar Trasmontanus, una creación donde la frescura del pescado se combinaba con la intensidad del pesto, mientras que el caviar aportaba un toque de lujo que realzaba el plato. El Grand Cuvée Edone, un espumoso con una burbuja fina y persistente, refrescó el paladar y potenció los sabores, dejando una sensación placentera y ligera.

Finalmente, para cerrar esta velada de ensueño, se sirvieron dadicos de leche frita con crema de turrón helada. Este postre, con su combinación de texturas y sabores dulces, fue una despedida perfecta. El Sauternes, con su dulzura natural y su complejidad aromática, se reveló como el acompañamiento ideal, cerrando con broche de oro una experiencia culinaria que será recordada por mucho tiempo.

La velada en el Restaurante Campo Real no sólo fue un despliegue de maestría culinaria, sino también un tributo a la excelencia y a la tradición, donde cada plato fue cuidadosamente maridado para realzar sus cualidades.

El ambiente, cálido y sofisticado, y la ubicación, rodeada de la tranquilidad del extenso campo de golf Alto Real, hicieron de este evento una experiencia única. Campo Real demostró, una vez más, que es mucho más que un restaurante; es un lugar donde la gastronomía se convierte en arte, y donde cada detalle está pensado para ofrecer a los comensales una experiencia inolvidable.

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