Al abuelo José de la Orden le siguió su hijo Isidoro de la Orden al frente de El Mosqui, y a éste le siguieron sus hijos Isidoro y Sergio, nietos del fundador y actuales gestores del restaurante.  Y ya tenemos a la siguiente generación, el hijo de Isidoro, Oscar, que apunta maneras de cocinero a sus 12 años de edad.

Isidoro, el mayor, junto a Pepe, uno de sus empleados, son los que están a cargo de la sala. Y Sergio, el menor de los dos hermanos, es el alma mater de la cocina, el chef, el que le está imprimiendo un nuevo carácter a la cocina tradicional que han heredado, potenciando con nuevos productos una variedad de platos que los clientes están demandando. Sergio ha estado en los mejores restaurantes de la Región, de los que ha sacado la inspiración para sus nuevos platos. De la mano de su amigo José Cremades, chef de La Palera y Blue Fish, inició un giro en los conceptos y los productos  que ha sabido transmitir y fusionar con la experiencia tradicional del acervo gastronómico de El Mosqui.

En la historia de El Mosqui hay un punto de inflexión que es en el año 2000. El Mosqui, anterior a este año, era un local construido íntegramente de madera; y fue en este año 2000 cuando sufrió un incendio que lo arrasó todo.

Sobre sus cenizas construyeron el local que podemos ver en la actualidad, donde se han habilitado distintos espacios para el comedor del restaurante, terraza de levante en la entrada y terraza de poniente. El salón comedor tiene una superficie aproximada de 180 m2, y una capacidad de 190 comensales. En la terraza lateral (o de poniente) en sus 70 m2 tiene una capacidad para unas 70 personas, y en la terraza de levante que se sitúa a la entrada al restaurante su capacidad es mayor, alcanzando las 250 personas en su superficie de unos 500 m2.