Tras los saludos y conversaciones en torno al vermút los comensales pasaron al impresionante salón, especialmente decorado para la ocasión y donde no faltaba hasta un busto del Tío Juan Rita, para degustar el menú especial preparado por Manolo y Conchita compuesto por embutido de la Región, ensalada de la huerta con ventresca de bonito del norte y frutos tropicales, cremoso de berenjena a la crema con gambas y jamón, centro de solomillo ibérico adobado guarnecido con patatas glaseadas, tomate confitado y sal Himalaya, para terminar con un plato de profiteroles con chocolate suizo caliente y café de puchero. La Bodega incluyó, además de aguas minerales, refrescos, zumos y cervezas Estrella de Levante, el vino tinto D.O. Jumilla. Melero.
Tras la comida el Tío Juan Rita no perdonó, como de costumbre, su espectacular puro cubano y su copa de coñac.
Las periodistas Encarna Talavera y Nazaret Navarro fueron las encargadas de presentar la emotiva gala que, tras unas emotivas palabras de la concejal del Ayuntamiento de Murcia Maruja Pelegrín, contó con la actuación de diversos grupos folklóricos regionales como las cuadrillas de Sangonera La Verde y Torreagüera y de la Asociación Trovera / José Travel ‘El Repuntín’ / Grupo El Patiñero y los trovos de Pedro el Cardoso, sus hijos y del propio Tío Juan Rita que fueron enormemente aplaudidos.
El pintor José María Falgas, también presente en el homenaje, regaló un retrato al Tío Juan Rita.
Posteriormente, diversas asociaciones y amigos del Tío Juan Rita subieron al escenario para hacerle entrega de multitud de distinciones y regalos al homenajeado. El Restaurante Rincón Huertano obsequió a Juan Rita con una comida, de por vida y siempre que le apetezca, para él y un acompañante. Pasadas las siete y media de la tarde finalizó la gala con un sorteo de regalos de chato murciano, incluido un jamón, aportados por Juan Martínez Antolinos de Airemar.
Juan Tudela Piernas, el Tío Juan Rita, nació en Aledo el 14 de febrero (San Valentín) de 1912. pero los avatares de la vida le trasladaron, junto con su madre y un hermano a Zúñiga, en el término municipal de Lorca, de donde ésta era natural y vivió hasta que se casó.
Según el propio Tío Juan, su apodo de Rita le viene de sus antepasados pastores, ya que cuando ahijaban un borrego, para llamarle en el corral le decían «rita, rita».
Cuando Juan tenía tan solo cinco años su madre quedó viuda y se vio obligada a mandarle a cuidar borregas. Aquello fue una mala experiencia, según cuenta él mismo, ya que el patrón le pegaba con frecuencia: «Un día me pegó una paliza con un garrote curado en estiércol que me dejo moratones por todo el cuerpo», recuerda el Tío Juan. Con 16 años decidió abandonar aquel mundo del pastoreo: «Cogí un pedazo de pan y me marché a mi casa, harto de palizas y correazos», apunta.
Posteriormente trabajó de minero y la Guerra Civil la pasó en el bando republicano. Acabada la guerra, trabajó de leñador y parralero.
Asegura no recordar de dónde le viene la afición al trovo, pero sí recuerda que su abuelo materno solía trovar en Pascua.
Amante del buen coñac y de los buenos puros, pese a sus 106 años, reconoce que cuando se cruza con una mujer guapa se le ilumina la cara y a las mujeres solteras siempre le desea que encuentren un buen hombre que, “sobretodo no sea celoso”. Afirma que en los últimos años le pedía siempre a un santo que le diera un año más de vida: a Santa María La Real, a San Agustín… y ahora con 106 recién cumplidos se lo pide a todos los del santoral juntos.
Juan Tudela Piernas ha sido padre de tres hijos, uno ya fallecido cuando contaba con 72 años, a quienes les sigue llamando «mis zagales”.
Totana, lugar donde vive, le nombró hijo adoptivo en 2010 y dos años después le dedicó una plaza que lleva su nombre en la zona de Triptolemos, entre la avenida de Mazarrón y la calle Cartagena de esta ciudad. El próximo 9 de junio, con motivo del Día de la Región, la Comunidad Autónoma le hará entrega al Tío Juan Rita de la Medalla de Oro de la Región.